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Tamales y Pupusas. Corchos y Pizarras. Birra, crepes y celtas.

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¡Buenas de nuevo, lectores!
Aquí estoy otra vez más para «amenizaros» un rato la vida.
Jajajaja. Jejejeje. Jijijiji.


Éste ha sido un día de tremendo solazo calenturiento.

Hoy me he cortado las uñas. Es la primera vez que lo hago en San Francisco y oye, lo he hecho mejor aún que en Madrid. Y muy rápido. Sé que os interesa este tema, por eso os lo cuento. Al menos a mi Señor Padre debería interesarle, ya que llevaba años y años y años -y años- diciéndome que dejara de mordisquearme las uñas hasta que un día lo conseguí (cruzo los dedoscon uñas, no sea que recaiga).

Blue Trompetero

Dejando de lado ese gran tema que son mis fuentes corporales de quinina (junto con el pelo, que con esta humedad lotengo estupendo y parece que tengo pelo), os cuento que hoy hemos ido de excursión. Aquí mis coleguis compañeros me han llevado a su ex-barrio, a la Misión, The Mission, o como quieran ustedes. Estaba preciosísimo. Hemos visto un callejón lleno de grafittis chulos chulos…
Cierto es que he recorrido también las calles que recorrí la otra vez con Susana, e hija mía, es que cogimos las peores, claro que eran las que eran, porque si el Muni te deja ahí, pues te deja ahí. El caso es que la plaza esa y el primer trozo de la 16th son las zonas con más homelesses de todo el barrio, o algo. Una pena. Cuando vengas, Susanita, vamos de nuevo y verás qué chulísimo es, eh! 😀

El caso es que me han llevado a comer a un restaurante de cocina Salvadoreña y Colombiana. La señora encargada camarera y supongo que dueña era toda una madraza. Majísima es la señora. Hemos comido pupusas y tamales con frijoles y arroz. Yo no tomé pupusas, porque me resultaba demasiado. Las pupusas, para el que no lo sepa, que debíamos ser todos hasta hace poco, son como unas tortillitas de harina de maíz que están rellenas de cosas varias: queso, queso con flores (de calabaza o algo parecido, tenían un nombre raro), espinacas y cosas, cosas y otras cosas, cosas y más cosas. Y luego Jose y una servidora nos hemos metido entre pecho y espalda un tamal colombiano, que es de pollo y cerdo y lleva también guisantes, patata y zanahoria. Llena no sabéis cuánto. Tremendo. Pero estaba buenísimo y los frijoles con arroz también, cómo no. Hm….

Flower Power

Gozilla

El tercer ojo.

Luego hemos procedido a comprar en una Thrift Store de la calle Valencia unos corchos y una pizarra veleda por $4. Asombroso, porque llevábamos tiempo buscando estas cosas y estos dos pobres periodistas compraron una mini-veleda por como $12 hace un par de días.
Las tiendas estas de cosas usadas son lo más, de verdad, no sé cómo no tenemos de estas cosas en España, porque son realmente útiles para todos. Eso sí, huele a polvo que da gusto y me pica todo durante un rato, pero tienen de todo de todo: libros, cómics, agendas, cuadernos, libretas, álbumes, muebles de todo tipo, vajillas, cuberterías y cristalería varia, zapatos, ropa, bolsos, pósters, electrodomésticos, teles, dvds, decodificadores de TDT (¡de hecho nos hemos hecho con uno de estos! A ver si funciona.) … en fin, millones de cosas. Ya estamos abonados a ellas, jiji. La verdad es que el sofá este está resultando ser una gran gran compra, os lo digo con el culo en él mismo. Desde que quité mi mesa y la llevé a mi habitación, cuando estoy en el salón siempre estoy sentada aquí, como ahora (¿os suena, familia?)

Y bueno, luego estos chicos se volvieron a casa a trabajar y yo me quedé a dar una vuelta. Me paseé un poco más por Valencia y subí por la 16th a la calle Mission -el camino chungo que os decía antes. En una tienda mexicana de Mission que era el equivalente a las tiendas gigantes chinas de alimentación del barrio compré harina de maíz y frijoles para experimentar en casa y anduve sobre mis pasos para dirigirme al parque de Dolores.

Dolores Park, up up and away!

¡Vaya cuestas!

Exclamación ridícula viviendo en esta ciudad, vale. Aunque cierto es que este barrio, el nuestro, Inner Richmond, es bastante llano. Se agradece y todo, aunque para mis piernas y forma física general más me valía haber vivido en lo alto de los Twin Peaks. Ejem.

…. estaba diciendo yo…. Ah, eso, que me subí a lo alto del parque de la Dolores, a ver las fantásticas vistas que hay de las que me quedé prendadísima en la primera visita de 2008. Waaaaahhh…. Lo que mola ver las casitas preciosas franciscanas, un montón de arbolones y de fondo el centro y el centro financiero, el Bay Bridge y un poquito de agua.
Hoy como hacía un solazo tremendón, estaba la calle llenita de gente, y el parque ya ni os cuento. Todos al sol, con sus perros, sus picnics, sus cosas, en camiseta y bermudas y chanclas, o sin camiseta pero con bermudas y sin chanclas. Si en Madrí sale un rayo y se ponen así, aquí son más raudos aún. De hecho cuando llueve y hace frío hay algunos locos que van así. Será que 11º (centrípetos) y lluvia y viento soplado muy de cerca por el mismo Eolo que dibujó preciosamente mi Sr.Padre es mucho calor para ellos. ¡Raaaaaaarooooooosss!

Y luego seguí cuestabajo hacia el Castro, el barrio gay por excelencia. Todo coloreado con los banderines arcoiris de las farolas y el banderón en el cruce de Castro con Market y otra calle más que no recuerdo cuál es y no voy a mirarlo. Hoy de por sí ya habría sido colorido. Estaba preciosísimo. En el famoso Teatro Castro ayer actuó la fenomenal Britney Spears… ¡y no fui!, ¡bah! Jejejeje. Helena y JA fueron la semana pasada a una cosa allí y dicen que es preciosísimo por dentro. A ver si consigo verlo. Siempre puedo meterme a la sesión del Wizard of Oz Sing-Along. La otra vez era de La Sirenita. Veo que innovan. Ejem.
Me subí al autobús allí cerquita y me vine a casa, porque hacía una calor tremebunda y yo iba con mi parka que ya no sabía qué hacer con ella (sin poner, claro), la chaqueta puesta (diosmíoquécalor), la bolsa de la compra… y veía la cuesta que tenía que subirme mirándome con cara satánica. Me dio miedo morir por el camino de varias cosas relacionadas con mi cuerpo, mi sed del momento y las cosas ambientales.

Llegué a casa, me cambié y me fui al chino gigantesco a comprar fruta (un melón cantaloupe y unas naranjas de aquí)  y al Walgreens a por chocolate (y de paso un helado de Ben&Jerry’s que se llama American Dream y tiene chocolate, nosequé y trozos de gofre). Volví a casa y me puse con esto.

….. peeeerro… el gofre del helado me ha recordado que ayer fuimos a un irlandés que hay aquí cerca.
Los irlandeses son seres curiosos. ¡Están pluriempleados por todo el mundo! Viven en su preciosa islita esmeralda y lavirgendelpilar cómo se han movido, ¿no? Pues allá que fuimos a bebernos unas pintas de Kilkenny (sigo sin saber qué significa Kil-, aunque sigo pensando que es algo así como tierra). Cuando llegamos había como 4 personas en el local, pero empezó a entrar gente y gente. Mucha gende de esa gente con instrumentos, ¡chunchun! ¡Gente con pinta de irlandesa en un pub irlandés y entran con instrumentos! ¡Fiestaaaa celtaaaaaaaaaaaaaaa!
Mientras entraban y entraban el majete de Jose se fue a por unos cosos que parecían ser crepes aunque eran duritos y sabían como a oblea, rellenos de cosas. Uno de fresas y nata. Otro de fresas, plátano, mango… y nata. Y otro de… ¡¡agaaarrrraaaarrrse que vienen curvas!! … ¡¡¡bizcocho de chocolate y chocolate!!! ¿¿Cómo os quedáis, audiencia?? Nosotros muertos. Jajaja. Pero estaban tremendos.
Para cuando JA volvió, un señor con barbas y pinta de cruce entre Papá Nöel, Gandalf y Dumbledore nos había echado de nuestra mesa (que es cierto que era la mesa disntita y por ello la mejor) argumentando que todos los domingos a esas horas iban él y sus coleguis a reunirse alrededor de esa misma mesa a hacer unos ruidos muy ruidosos y que si nos importaba trasladarnos.
Trasladuvímosnos. Y nos comimos las crepobleas allí, porque aquí se hacen esas cosas. Si no te ponen comida en un garito, te vas a otro, lo pides «to go» y te lo comes allá donde quieras, calle, plaza o garito.

el familiar del tipo de la barra, que era irlandés ¡¡¡fiiijooooooo!!

Y dale y dale y dale, y venga y venga y venga, música celta irlandesa, gratis! Al final se juntaron como 10 o 15 de ellos, todos con bastante pinta de por ahí o hijos de por ahí (por ahí es Irlanda, eh). Al final de la barra había un hombre que era igualico que este actor que seguro que os suena a todos, y que, como su cara indica, es irlandés, claro.

Vamos a hacer un pedido de FIMO, que está rebarato. Os enseñaré nuestras cucas miniesculturas según vayan saliendo del horno (literalmente)

¡¡¡¡Vale, ya me callo!!!!  Si es que cómo os ponéis. ¡Una queriendo detallar cosita por cosita lo que hace para compartirlo con sus seres queridos y rechistando! asjiasjiasjiasjiasijsa!
(O bueno, es que huele a comida y tengo hambre… sobras de arroz de ayer y maíz cocido. YumYum. o ÑamÑam en cristiano)

Sin más, me despido… hasta muy pronto, claro. Alucináis pepinillos si pensáis que me voy a callar tan pronto.

Muchos besos, gentes!
Espero que estéis dormitando agusto.
c

Mi habitáculo, arroz con verduras, la colada y variedades (¡He dicho culo!)

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Bueno, aquí van las cosas de mi habitáculo. Del resto de la casa ya pondré. O pongo ahora, no sé, según me dé.
Esto es mi alcoba, y después salen fotos desde el coche, el día que íbamos a IKEA, todas muy interesantes, ¡claro que sí!

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Iba a poner un vídeo, pero creo que con esto basta. Esperaré a tener un vídeo bonito y potable del barrio o algo para ponerlo.

Y qué más.
Pues eso, que he hecho un arroz con verduras que llevaba de todo: ajo, cebolla, pimiento naranja (aquí hay de eso, sí), pimiento rojo, zanahoria, calabacín, tomate, brotes de soja, setas shitake y otras (que nidea de cómo se llamaban pero estaban de oferta y tienen pinta nunca vista al menos por mí), maiz natural, judías verdes y arroz basmati. Ha quedao un poco soso, pero estaba potable. Mientras, mis queridos compañeros trabajaban duramente, que están muy atareados estos días con portales, blogs y demás.
También he hecho la colada por primera vez. $2.25 en total. Sequísimo que queda y en sólo 2 horitas, mientras hacía la comida.
Cuando uno va a hacer el trasvase de tambor a tambor, se percata uno de la potencia de las máquinas estadounidenses. Toda la ropa recién lavadita pegada al tambor, de la potencia del centrifugado. Vamos que un poco más y la sacas casi seca de la primera fase. Tremendo. Si tuvieramos tendedero casi ni hacía falta la secadora, aunque claro, con esta humedad a lo mejor jamás se secaba estando tendida. Y siempre es agradable meter la cabeza en la ropa recién sequita, blanda y humeante. Hmmmmm …………………………….

Por lo demás…. Tenemos una tele y un mueble para la tele. Gratis. Aquí regalan las cosas que no quieren, o las donan. Ayer por la tarde, después de comer, se fueron Hele y JA a Russian Hill a por ellos. La tele pesa un quintal y medio y sólo por haber subido la misma un tramo de escaleras, tengo agujetas de espalda. Me ha llevado media noche de duermevela averiguar el por qué de mi dolor. Jejeje. Grandes músculos tengo. En fin. La tele funciona, pero no se ven más que moscas bailando, porque necesitamos un decodificador de TDT o algo, cómo no. Por lo visto en Craigslists (qué gran sitio y qué listo debía ser el tal Craig) te los consigues por $10 en vez de los 50 que te cobran en una tienda. Habrá que investigarlo.

Mis uñas y mi piel degeneran mucho. Creo que es el agua de aquí. No sé si es muy calcárea o qué, pero se me agrietaban las uñas y me eché un coso para protegerlas, ¡y resulta que se lo ha comido! Impresionante. Y cada vez que salgo de la ducha parezco un Pokémon a topos. Y el sol de acá pega aunque no haya sol. Así que me compré una crema que no sé si está haciendo efecto o no. Me pelo, estoy a lunares y se me rajan las uñas. Jajajaja. Al menos nada duele, eso sí. Y gracias a los dioses existe el maquillaje.

Vuelve a llover, a lloviznar.
Porque sé que os interesa el tiempo.
Por eso os cuento estas cosas (y porque ha empezado  hace un rato).
Pero vamos, que esto no es nada, es un chirimiri ligerísimo.

Os aviso que en estas tierras el día de hacer la compra es el domingo. Sí, habéis leído bien, el Domingo, el Día del Señor, el día de descanso, el día casero por excelencia, el día que no NO NO! se sale. Pues aquí todos a la calle. La megatienda de comidas china a la que hemos ido hoy (a esta todavía no había entrado) estaba de bote en bote. Me ha encantao. ¡Qué de cosas! Millones de setas diferentes, millones de hojas verdes, berenjenas varias -pero ninguna como las nuestras, chiles que brillaban pero asustaban al mismo tiempo (y por eso no hemos cogido ninguno), fortune cookies que ya cogeremos, ¡patatas moradas! (que sí hemos cogido y tenemos que investigar si tienen algo de especial), y todas esas frutas y verduras desconocidas. Esta tienda gigante es un gran lugar. ¡Y además tienen pescado y carne fresos y con buena pinta! Lo complejo de los pescados es saber cuáles son de los de nuestra pescadería española, o al menos el bicho más parecido de los que tenemos. Teniendo en cuenta que el mismo pez se llama de dos maneras distintas o más en este país, o hay un mismo nombre para bishos distintos, es tarea ardua, os lo digo, pero aquí tenemos una lista aproximada. En fin, que estamos contentos porque podremos comer pescado, cosa que veíamos bastante complicada y creo que Helena está más tranquila ahora con respecto a la comida. Y yo, claro. Todos.

Me callo ya.
Próximamente, pero no sé cuándo, pondré cosas del barrio y del resto de la casa, que he tenido peticiones de mis lectores. Jeje.

Muchos besos a todos, gentes, allá dónde estéis.
c

Poco que contar…

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Hoy no hay mucho (o nada) nuevo que contar, aparte de que esta mañana he tenido conferencia con tooooda la familia, pero teniendo en cuenta que casi todos los que me leéis sois con los que he hablado, pues ya lo sabíais.
Me ha gustado mucho veros a todos TODOS TODOS!!! juntos y en unión. Espero que hayáis acabado todo el cocido, los postres y todo lo que os haya puesto la abuela de comida 😀 jeje.

Ya he puesto mi minimesa en mi habitación y estoy escribiendo desde aquí. Estoy solica en casa porque Helena y JA se fueron a un concierto. Iba a irme con ellos pero me empezó un dolor de cabeza tremebundo y tengo además un sueño tremendo, supongo que de todas las horas que no he dormido por el jet lag. Creo que estoy volviendo a mi ser marmotil. Ves, padre, me comporto igual. Jejeje. No tienes de qué preocuparte, sigo siendo la misma 😛
En fin, que me he tirado en nuestro bonito, cómodo y espacioso sofá a ver unos cuantos episodios de series varias, esas cosas que me gustan tanto, ya sabéis. Entre ellas Bones, Fringe y Community. ¡Si es que hay que ponerse al día en todo!

Pues eso ha sido todo. Bueno, también he limpiado el baño (más o menos) y he aspirado la moqueta del salón. Todo un evento digno de fin de semana. Mañana la cúspide del día será poner la lavadora y la secadora por primera vez. Woohooo!

Y…. ya. No ha llovido. Únicamente ha chispeado estúpidamente un ratín después de comer y luego salieron unos rayitos, pero para entonces ya se hacía de noche. Informar sobre el tiempo siempre está bien y es interesante, ¿verdad que os gusta saber al respecto?

Ya colgué a mi Señor Dragón Chino encima de la cama. Estoy por comprarle un amigo, porque tengo mucha pared y creo que se siente solo.
Acostumbrada a una habitación con poca pared visible y lleeeena de trastos, me comen las paredes lisas sin cachivaches, así que estoy desesperada por encontrar algún tipo de póster o cosa  chula y grande para cubrir alguna, aunque sea un poco.

Por dios, para tener poco que contar me enrollo cual persiana.
Qué raro es esto de estar yo a punto de irme a dormir y vosotros a punto de levantaros o ya levantados.
Espero que levéis bien el jet lag del cambio de horario, jejeje.

Muchos besos a todos, gentes.
Seosquiere y Seosechademenos al otro lado del mundo.
c

Amueblando la vida (con y SIN! Ikea)

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¡Hoy no ha llovido!  ¡Viva!  ¡Hurra! ¡Fiesta!

De hecho ha hecho mayormente sol, sol, sol. Ahora ya es de noche, claro, y ha venido el fresco más fresco, así que estoy con mi manta verde nueva de IKEA por encima, como una abuela y a mucha honra!

Salvation Army rules!

Total, que aprovechando, nos hemos ido a una gran tienda llamada Salvation Army . La

El gatico que saludaba a los bloglectores.

gente dona cosas y las venden allí, así que tenemos un pedazo de sofá buenísimo, que ya costaba sólo 300$, por 240, porque ¡hoy había rebajas!
Y además de eso hemos comprado un vaso gigaaaante de CocaCola que va a hacer veces de florero (porque madre mía, ese vaso es grande hasta para mi hermano el Javier), un gato chino de la buena suerte pa mí, unas copas de cóctel y una de vino, un cenicero y una jarra chulísimos, un plato grande japonés para la tortilla de patata que próximamente (espero) comeremos (aunque ayer me hice un amago de tortilla/fritatta/tortillitadecamarones sincamaronesperoconsetas y brotesdesoja), y unos cuencos japoneses también. Todo precioso, y sumándolo todo, ¡aún no llegamos a los 300 que costaba el sofá en sus días sin rebaja!
Así que esto ya va pareciendo una casa. Una mesita de café, alguna cosa para las paredes y ¡ç’est fini!
Gracias a los dioses en esta gran tienda (aquí másmás cerca tenemos otra parecida, que se llama Goodwill Charity o algo así, que también tiene de toooodo) tenían una lista de porteadores para traer el sofá, porque Jose quería traérnoslo entre los 3 y en fin, a mí, desde mi no-musculosidad, me resultaba imposible totalmente, a no ser que hiciéramos paradas cada dos minutos, noche, y llegáramos al día siguiente. Para que os hagáis una idea, la tienda está a unas 3 o 4 manzanas de aquí, aunque estas manzanas son un tanto más grandes que las estándar de Madrid. Vamos, no es mucho, pero ya me conocéis y sabéis qué gran forma física tengo, jejejeje. Pésima. Inexistente, más bien, diría yo.

¡Nuestro cómodo sofá!

Bueno, que a lo que iba, un señor llamado Mark Anthony (ya van dos en USA que conozco con ese nombre, y luego el Marco detodalavida del cole, claro), nos ha traído en su pick-up truck el sofá, y luego le hemos ayudado a subirlo, por un módico precio. Mucho mejor que hacer noche para 4 manzanas, eh? No es sofá-cama pero es muy cómodo, y Helena ha tenido la gran idea de hacernos con algún colchón y meterlo debajo de nuestras camas. ¡Pero qué lista es!
Ahora acabo de volver de mi paseo de tarde. Ha sido breve, un par de horas, un poco más. Me cogí el 38 que pasa por Geary, que me salió gratis porque la máquina donde uno mismo mete el dinero estaba estropeada, y me bajé en casi-Union Square, la zona por donde estaba el hotel en el que nos quedamos Susana y yo hace un par de años.
¡LaVirgenDelPilar, qué cantidades tan ingentes de gentes! ¡Gentes por doquier! Guiris, Yupis, Homeless, Locales. Todos como hormigas de acá para allá. Cuesta arriba. Cuesta abajo. Con prisa. Despacio. Posando. Esperando que posen. Posando con la puerta de Chinatown, posando con las estatuas chungas de Chinatown, posando, sin más. Y comprando, claro. ¡Comprando mucho! En Macy’s. En Levi’s. En los bazares chinos del ChinatownGrande. Bazares gigantes con dos pisos en donde venden las mismas cosas que aquí al lado, básicamente, pero más caras.
Yo sólo me he comprado -no lo he podido evitar- un dragón chino dibujado en tinta en papel de arroz, un poco más grande que un A3. Precioso! 10$. Buen precio, no? Aquí lo véis. Aunque bueno, también estaba encima del sofá.

¿A que es precioso? ¡Y siempre quise tener uno!

Y poco más. Llegué casi a tocar el agua, pero era tarde para este planeta y volví para cogerme el autobús número 1, que sale de la calle Sacramento, igual de empinada que la famosa calle California. El otro día subimos ésta última en coche, con la compra de muebles y no muebles, y es tremenda. Pues esta otra, igual.

Estoy cansada, tengo frío y mis coleguis están haciendo la cena.
Me despido por hoy. Esperemos que no caigan las trombas de agua intermitentes que caeyeron ayer por la noche. Tromba trombísima 20 segundos. La nada. Tromba de nuevo. Tromba más sonora. La nada de nuevo. Tromba atronadora con granizo golpeando mis ventanas. El silencio. A veces da un poco de miedo. Aun así ni me levanté (no yo ni Helena) a mirar si volvían a aparecer las cataratas del salón.

Unos besos, gentes!
Voy a ayudar con la cena.
c

Cosas variadas.

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Hola de nuevo, ¡ya estoy aquí!

Ufffff, hace taaaanto que acabé la entrada anterior y la publiqué… Por lo menos 3 minutos. Pero es que esa era la entrada de ayer, claro. Espero que esta sea más corta, por vuestro bien mental.

Hoy nos hemos quedado en casa. A Jose y H les han dado más tiempo para la gran inauguración de su portal del 20 Minutos, así que hemos procedido al ensablaje de los muebles. Mayormente Jose, que se ha montado solo las dos mesas que han comprado, porque le gusta montar en solitario. A mí también, he de reconocer. Y a Hele, je.

Además no hace día para salir.
El agua se nos come.
No ha parado de llover desde que salimos de IKEA ayer, yendo a más y a más la cantidad de agua que cae del cielo. Hace un rato empezó a entrar agua por los marcos de las ventanas. Los raíles de las hojas están casi al nivel de la repisita que hay. Fatal. Cataratas sanfrancisquenses. Menos mal que lo hemos pillado rápido, según entraba el agua. Uf. No he visto tanta agua caer tan rápido y con tanto viento de fondo nunca nunca, creo. Lo cual me recuerda que esta noche no, la anterior, escuché una tormenta parecida de noche, a eso de las 2 o las 3 de la madrugada. Un viento. Un jarreo. Un desasosiego. Juraría hasta que oí que llamaban a los timbres del portal. No sé si sería un pobre sintecho que buscaba refugio o qué, o es que soñé un sueño raro en el que me inventé todo o parte de todo esto que os acabo de contar, porque cuando me levanté y se lo comente a los compañeros, me dijeron que ellos no habían oído nada, así que un tanto raro ya es.
¡Será que estoy loca!

Bueno, voy a montar muebles y después a comer.
Seguiremos informando.
Unos besos, gente.
c

Together we’ll go far.

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Son las 23:09. Perdón, son las 3:09pm. Tengo unos relojes con la hora de acá y otros con la hora de allá y con el jet lag me atoro, aunque aquí con el sol que tenemos, malamente iban a ser las once de la noche. Me levanté hace un siglo y medio, supongo que será aún el jet lag maldito, porque dudo que mi persona haya cambiado totalmente sólo por venirme a la casi otra punta del mundo conocido. Me desperté definitivamente a eso de las 8 y me levanté como a las 8:30 o así (qué superfuerte, eh?), haciéndome una lista mental de las cosas que tenía que hacer hoy: ir al banco, abrirme una cuenta, ir a comprar el pan para visitar ese gran sitio de comidas llamado Trader Joe’s e ir de visita a otras tiendas a por cosas que me hacen falta.

Los muñequitos que regalé a Jose y Helena cuando yo aún no me iba a venir con ellos, para que no se olvidaran de las Españas, subidos en mi account kit del Wells Fargo. A ver si tiene razón y vamos lejos juntos.

El paseito matutino ha sido (aunque salí como a las 11:15 de casa) hasta la sucursal de Arguello con Geary (pronunciados Argüelo y Gruiri) de Wells Fargo (mi nuevo banco, que me dice que «Juntos Iremos Lejos«) a conocer a mi señor banquero el Assistant Store Manager Austin Cheng, muy majo él y con el que me he entendido a las mil maravillas sin ningún problema -que estaba yo preocupada al respecto del entendimiento banquero, claro. Y bueno, ya tengo mi cuenta.

Y luego otro paseo del banco a la calle Masonic, en donde está el Trader Joe’s. Qué de cosas tienen, madre mía. Millones de cosas orgánicas, panes «frescos» (y chiclosos, porque aquí todo está chicloso) de varios tipos, frutas secas o hechas chips (el mango seco que compraron Helena y JA está muy tremendo, y los chips de piña que he comprado yo hoy tampoco están mal). Total, que mi compra ha sido:

  • un tremendo zumo de manzana super natural que ya habían comprado aquú mis compañeros y que me acabé yo cuando llegué,
  • un zumo de naranja, melocotón y mango que aún no hemos probado,
  • pan de barra chicloso pero con buena pinta,
  • pan de molde integral o algo,
  • chips de piña y
  • galletas de jengibre.

¡Qué gran compra, madre mía!
De camino he visto una tienda de sofás en rebajas, que habrá que ir a ver, porque tenemos que hacernos con un sofá para echarse la siesta y descansar, aunque Helena se dedica a mirar en CraigsLists cosas que regalan por la ciudad, que regalan de todo, son muy generosos ellos.

Y luego a coger el autobús como una ciudadana sanfranciscana más. 2$ por trayecto, aunque a partir de abril hay que hacerse con una tarjetita, así que tenemos que investigar sobre el tema.
Entré en el superbazar chino que es proveedor de restaurantes chinos de la zona, compre hieleras y unos cajoncicos porque lo tengo todo manga por hombro en mi habitación, subí, hablé con Gonzalo y Susana que andaban por aquí y me volví a ir, esta vez al Walgreens a comprar alguna cosa de baño, tocador y picoteo. Todo muy interesante.
Y ahora estoy adormilada totalmente, la comida se está haciendo: un guiso de cordero para Jose y para mí, y un revuelto de verduras para Helena. Sólo son las 3:25, ¡y estoy  muertísima!

Así que nada, esas son las novedades de la mañana. Como algo tengo que hacer, pues a esto me dedico. Tengo que coger un periódico de esos gratis que tienen en las cajas de colores de las aceras que es de empleo, pero antes lo intenté con uno que no quería abrirse.

Seguiremos informando, manténganse a la espera, ¡y cuéntenme cosas!
¡Unos besos, gente!
c

Xie Xie, Dim Sum y… ¿aún son las 8?

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Ayer, a la vuelta de mi paseo hasta Alamo Square, me pasé por el chino de la esquina. Es un bazar con muuuchas cosas, mayormente para la casa. Me cito a mí misma (esto queda un poco raro, pero es que viene muy al pelo) porque me parece que viene bien ahora… un día, hace unos años, al entrar en un bazar chino en Madrí, dije:

Uno nunca sabe todo lo que realmente necesita hasta que entra en un bazar chino.

A mí se me olvidó esto que dije hasta que unos meses después me lo recordó mi amigo Roberto, con el que estaba curioseando en la tienda. Es una cosa muy cierta. Tienen de todo. Todas esas cosas que te faltan en casa y no te habías dado cuenta o jamás habrías soñado, ¡y todas a un gran precio! Tengo que volver mañana, porque NECESITO un montón de cosas que hay allí. Al final sólo cogí perchas, un cacharro para bajar la ropa a la lavadora (es que somos muy americanos y toda la comunidad las comparte, you know) y un cuaderno de esos que usan aquí para el cole y para escribir el diario, precioso, Hele quiere uno también.
La experiencia fue curiosa, sobre todo al ir cargada con el paraguas que chorreaba mientras tenía que sacar el cubo de la ropa que estaba apilado con sus hermanos. Después de eso la experiencia fue preguntarle a la señora china dependienta si tenía algún invento para colgar la ropa en el baño para que se secara y decirme la buena y maja señora que no hablaba inglés pero que tenía unos hoops allí al fondo, todo esto con unas señas un tanto perversas. Creo que pensaba que necesitaba argollas para colgar la cortina de ducha.
En fin, que era muy maja y a ver si voy a visitarla pronto a comprar más y más de esas cosas que necesito (un gato chino que saluda, cajoncillos, pinzas para la ropa, hieleras, zapatillas para casa, el tendedero, un abridor de corchos, botes para los cepillos de dientes, un salero y mantelillos, entre otras cosas que ya se nos irán ocurriendo…)
Y le dije Xie Xie de despedida (gracias en chino, para los que no lo sepan) y yo sé que desde entonces seremos amigas para siempre.

Hoy ha tocado entrar en las tiendas de alimentación, buscando ingredientes para el Tofu que iba a hacer Helena. Estamos rodeados, como bien sabéis (o no), por gente mayormente oriental que habla poco o nada de inglés, como la señora de antes. Una tienda tras otra de alimentación, todas bastante grandes y llenas de cosas desconocidas para el mundo español, con dos millones de tipos de salsa de soja y aceite de sésamo, pescados un tanto raros (como ya me advirtieron Helena y J.A.) que nadie adivinaría qué son (¿serán esos que pescan en el pier al lado del Ferry Building?), cecinas plastificadas al vacío, pescados en salazón más tiesos que la mojama, calamares secos y especiados envasados por partes, chucherías de colores extraños, mostaza de wasabi en bolsas de plástico y millones de frutas y verduras exóticas para el ojo occidental, de colores, con escamas, pinchos y pulpas con semillas.

Total, que el tofu al final estaba bueno.

Y luego a casa un rato y a entrar en una especie de coma y empanamiento tremendo los tres, cada uno frente a su portátil haciendo sus cosas, trabajando, buscando muebles en Target.com, o haciendo lo que fuera, así que se volvió a salir a dar otra vuelta por aquí y un poco más allá de aquí, a ver un par de sitios de los que me habían hablado H&JA, que estaban cerrados y contemplar bonitas casas franciscanas (y otras menos bonitas, no como la nuestra, que es preciosa). En el trayecto de vuelta, salones de belleza con cristaleras tremendas desde donde los caminantes y los embellecidos podemos observarnos mutuamente (es un tanto raro verlos con los pies descalzos siendo masajeados ahí delante de uno), locales de «el mejor Dim Sum» cerrados, hamburgueserías típicas al cargo de chinos que te invitan a pasar mientras se les cae una patata frita de la boca, pizzerías con nombres complejos que te cuentan su historia (Orgasmic Pizza, We Never Fake It! que dicen ellos), lavanderías y lavanderías, bancos asiáticos con el mismo nombre pero no, y, al final, un bar de «White Trash» como dice Jose, con los locales viendo el baloncesto y gritándole a la tele, lugareños solos tomandose una cerveza en la barra o en el rotísimo banco corrido con mesas adornadas con señoras de cómic muy bien dotadas y un teléfono móvil gigante haciendo de gramola. Pa verlo es, era bonito, era curioso, y está aquí al lado (al lado del bazar de XieXie), y a las 20 parecían las 11 de la noche de aquí, tremendo, a veces asustan un poco las diferencias.

En fin, como antes puse en el facebook, digo aquí, con una cita del libro que se ha comprado esta mañana JA:

In the Richmond District, I am wrapped up in dim sum steam, fog, and the fatigue of the grid

Es un tanto verdad, ciertamente, aunque tengo que  comprobar más de cerca lo de los humos del dim sum, ciertamente hay niebla y mucha ordenación en plan ensanche ortogonal.

Lo bueno es que no  me siento fuera de lugar, está uno como en casa, como si hubiera vivido siempre aquí, es curioso, ya me pasó cuando vine con Susana, pero lo de vivir en una casa y no en un hotel hace que sea más real aún. Y aun así, la gente variopinta llama la atención, pero no llama la atención, o sí, o no, porque parece que cada uno es de su padre y de su madre, y aquí estamos todos como Pedro por su casa.

In San Francisco, I am home in the known and unknown

Saludos, gentes.
Tengan buenas noches (aquí no son ni las 11/23), allí es de madrugada y será por la mañana cuando vean esto.
Unos besos,
c