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eggpuffs y kilkenny.

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Esa ha sido mi cena de hoy:

Egg Puffs

Kilkenny

 

 

 

 

 

 

 

Bueno, tamién me he tomado una fanta de medio litro («a medias» con Jose) de color naranja fosforito y con menos gas que la española, en botella de vidrio empacada en México. Hmm.

Los Egg Puffs son una cosa muy rica, que es como de pasta de oblea y que, por lo visto, es un snack muy típico de las noches HongKong-itas. Cada huevecillo está relleno de una pasta de lo que pidas. El mío era como el de la foto «original»  con sabor a vainilla, pero hemos probado también el de chocolate y está buenísimo. Habrá que probar el resto.

Me he pedido los eggpuffs y nos hemos ido al irlandés que está en la calle Clemént que se llama The Plough and The Stars. Todos los domingos a eso de las 8 de la tarde llegan unas gentes con pinta de irlandesas a tocar allí, cada uno con su instumento. Se sientan alrededor de una mesa redonda a beber cervezas Guinness, Kilkenny y demás y chupitos de whiskey (creo que de esto ya os hablé, porque un día estabamos nosotros sentados en su mesa, que es la mejor) y supongo que acabarán tajadísimos la pandilla entera. Así que nada, me acabé los eggpuffs allí y me tomé la birra mientas veíamos a los irlandeses tocando. Me fascina lo de poder comprarte comida en un sitio y comértela en otro.

Aparte de esto…. hoy hemos comido caldeirada de algún pescado desconocido, que ha hecho Jose. Estaba buena, pero el pescado era un poco raro. Y fresas crujientes (porque aquí las fresas crujen y están ligeramente saladas) con yogur.
Luego fuimos al Salvation Army porque… uy, esto tiene historia:

La historia:
Ayer Helena vio en el Craigslists un anuncio de un ente que regalaba un tocadiscos, un reproductor de CDs y un ampli y unos altavoces. Total, que rápidamente respondieron al anuncio, el ente llamó, y se dirigieron para allá. Después de aguantar a una señora imbécil y esperar un taxi durante media hora y llegar y pagarlo resultó que ni el tocadiscos ni el reproductor de CDs (¡de 200 CDs!) funcionaban.  Bah! Jose ya había bajado a comprar unos vinilos a Green Apple Books, una regleta nueva y tal y nada, nuestro gozo en un pozo, sobre todo el de Helena y JA. Tanto es así, que a ello fuimos al Salvation Army, a por un tocadiscos. Pero… por segunda vez, estaba cerrado porque era domingo. Tontos que somos, que es la segunda vez que nos pasa.

Y eso.
Tuvimos que pasarnos por el Goodwill para compensar, después del ir al Walgreens a comprar pastis para mi cabeza (que no sé si me funcionarán, son de aspirina, cafeína y … blablablafeno, no recuerdo bien). Después de como 45 minutos en el Goodwill, probándonos camisetas y ropas y mirándolo todo, volvimos a casa con un vaso (porque se rompió uno de los de IKEA y vimos otro parecido, e plan vaso de media pinta) y una espece de cuenquillo para helados de plástico con pinta de cucurucho para Hele. Todo un hallazgo :D.

Y poco más. Hice los deberes y me voy a ir a la cama en breve, porque tengo sueño. Llevo un día de lo más somnoliento, no sé por qué. Y mañana me levanto a las 7:30 porque ya me he duchado esta tardenoche. ¡Viva!

Espero que lo hayáis pasado bien este finde.
A ver si mañana me doy una vuelta después de clase. Tengo pensado, al menos, recorrerme la calle Market desde donde está mi escuela hasta donde está la tienda donde vi que vendían FIMO, que es donde estaba mi hotel la vez anterior, y luego ya veremos. Un poco de turisteo por el Financial District y Civic Center, hale.

Ya me despido, hoy con este post sin mucho interés.

Aquí os dejo tres cosicas entretenidísimas también:
– En esta casa se oye todo el día un teléfono dando tono, más o menos como lo que se oye cuando llamas por Skype.
– En esta casa se oyen pisadas en el tejado, sitio al que no está permitido subir. El otro día vino una vecina preguntando a Jose y H si habían subido porque había oído pisadas. ¡ChunChun!
– En la casa de debajo de esta, la vecina sigue sin parar de comer (suponemos) papayas mexicanas (que son muy grandes). Anonadados estamos con ella.

¡Tened un buen lunes!
Muchos besos,
c

Tamales y Pupusas. Corchos y Pizarras. Birra, crepes y celtas.

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¡Buenas de nuevo, lectores!
Aquí estoy otra vez más para «amenizaros» un rato la vida.
Jajajaja. Jejejeje. Jijijiji.


Éste ha sido un día de tremendo solazo calenturiento.

Hoy me he cortado las uñas. Es la primera vez que lo hago en San Francisco y oye, lo he hecho mejor aún que en Madrid. Y muy rápido. Sé que os interesa este tema, por eso os lo cuento. Al menos a mi Señor Padre debería interesarle, ya que llevaba años y años y años -y años- diciéndome que dejara de mordisquearme las uñas hasta que un día lo conseguí (cruzo los dedoscon uñas, no sea que recaiga).

Blue Trompetero

Dejando de lado ese gran tema que son mis fuentes corporales de quinina (junto con el pelo, que con esta humedad lotengo estupendo y parece que tengo pelo), os cuento que hoy hemos ido de excursión. Aquí mis coleguis compañeros me han llevado a su ex-barrio, a la Misión, The Mission, o como quieran ustedes. Estaba preciosísimo. Hemos visto un callejón lleno de grafittis chulos chulos…
Cierto es que he recorrido también las calles que recorrí la otra vez con Susana, e hija mía, es que cogimos las peores, claro que eran las que eran, porque si el Muni te deja ahí, pues te deja ahí. El caso es que la plaza esa y el primer trozo de la 16th son las zonas con más homelesses de todo el barrio, o algo. Una pena. Cuando vengas, Susanita, vamos de nuevo y verás qué chulísimo es, eh! 😀

El caso es que me han llevado a comer a un restaurante de cocina Salvadoreña y Colombiana. La señora encargada camarera y supongo que dueña era toda una madraza. Majísima es la señora. Hemos comido pupusas y tamales con frijoles y arroz. Yo no tomé pupusas, porque me resultaba demasiado. Las pupusas, para el que no lo sepa, que debíamos ser todos hasta hace poco, son como unas tortillitas de harina de maíz que están rellenas de cosas varias: queso, queso con flores (de calabaza o algo parecido, tenían un nombre raro), espinacas y cosas, cosas y otras cosas, cosas y más cosas. Y luego Jose y una servidora nos hemos metido entre pecho y espalda un tamal colombiano, que es de pollo y cerdo y lleva también guisantes, patata y zanahoria. Llena no sabéis cuánto. Tremendo. Pero estaba buenísimo y los frijoles con arroz también, cómo no. Hm….

Flower Power

Gozilla

El tercer ojo.

Luego hemos procedido a comprar en una Thrift Store de la calle Valencia unos corchos y una pizarra veleda por $4. Asombroso, porque llevábamos tiempo buscando estas cosas y estos dos pobres periodistas compraron una mini-veleda por como $12 hace un par de días.
Las tiendas estas de cosas usadas son lo más, de verdad, no sé cómo no tenemos de estas cosas en España, porque son realmente útiles para todos. Eso sí, huele a polvo que da gusto y me pica todo durante un rato, pero tienen de todo de todo: libros, cómics, agendas, cuadernos, libretas, álbumes, muebles de todo tipo, vajillas, cuberterías y cristalería varia, zapatos, ropa, bolsos, pósters, electrodomésticos, teles, dvds, decodificadores de TDT (¡de hecho nos hemos hecho con uno de estos! A ver si funciona.) … en fin, millones de cosas. Ya estamos abonados a ellas, jiji. La verdad es que el sofá este está resultando ser una gran gran compra, os lo digo con el culo en él mismo. Desde que quité mi mesa y la llevé a mi habitación, cuando estoy en el salón siempre estoy sentada aquí, como ahora (¿os suena, familia?)

Y bueno, luego estos chicos se volvieron a casa a trabajar y yo me quedé a dar una vuelta. Me paseé un poco más por Valencia y subí por la 16th a la calle Mission -el camino chungo que os decía antes. En una tienda mexicana de Mission que era el equivalente a las tiendas gigantes chinas de alimentación del barrio compré harina de maíz y frijoles para experimentar en casa y anduve sobre mis pasos para dirigirme al parque de Dolores.

Dolores Park, up up and away!

¡Vaya cuestas!

Exclamación ridícula viviendo en esta ciudad, vale. Aunque cierto es que este barrio, el nuestro, Inner Richmond, es bastante llano. Se agradece y todo, aunque para mis piernas y forma física general más me valía haber vivido en lo alto de los Twin Peaks. Ejem.

…. estaba diciendo yo…. Ah, eso, que me subí a lo alto del parque de la Dolores, a ver las fantásticas vistas que hay de las que me quedé prendadísima en la primera visita de 2008. Waaaaahhh…. Lo que mola ver las casitas preciosas franciscanas, un montón de arbolones y de fondo el centro y el centro financiero, el Bay Bridge y un poquito de agua.
Hoy como hacía un solazo tremendón, estaba la calle llenita de gente, y el parque ya ni os cuento. Todos al sol, con sus perros, sus picnics, sus cosas, en camiseta y bermudas y chanclas, o sin camiseta pero con bermudas y sin chanclas. Si en Madrí sale un rayo y se ponen así, aquí son más raudos aún. De hecho cuando llueve y hace frío hay algunos locos que van así. Será que 11º (centrípetos) y lluvia y viento soplado muy de cerca por el mismo Eolo que dibujó preciosamente mi Sr.Padre es mucho calor para ellos. ¡Raaaaaaarooooooosss!

Y luego seguí cuestabajo hacia el Castro, el barrio gay por excelencia. Todo coloreado con los banderines arcoiris de las farolas y el banderón en el cruce de Castro con Market y otra calle más que no recuerdo cuál es y no voy a mirarlo. Hoy de por sí ya habría sido colorido. Estaba preciosísimo. En el famoso Teatro Castro ayer actuó la fenomenal Britney Spears… ¡y no fui!, ¡bah! Jejejeje. Helena y JA fueron la semana pasada a una cosa allí y dicen que es preciosísimo por dentro. A ver si consigo verlo. Siempre puedo meterme a la sesión del Wizard of Oz Sing-Along. La otra vez era de La Sirenita. Veo que innovan. Ejem.
Me subí al autobús allí cerquita y me vine a casa, porque hacía una calor tremebunda y yo iba con mi parka que ya no sabía qué hacer con ella (sin poner, claro), la chaqueta puesta (diosmíoquécalor), la bolsa de la compra… y veía la cuesta que tenía que subirme mirándome con cara satánica. Me dio miedo morir por el camino de varias cosas relacionadas con mi cuerpo, mi sed del momento y las cosas ambientales.

Llegué a casa, me cambié y me fui al chino gigantesco a comprar fruta (un melón cantaloupe y unas naranjas de aquí)  y al Walgreens a por chocolate (y de paso un helado de Ben&Jerry’s que se llama American Dream y tiene chocolate, nosequé y trozos de gofre). Volví a casa y me puse con esto.

….. peeeerro… el gofre del helado me ha recordado que ayer fuimos a un irlandés que hay aquí cerca.
Los irlandeses son seres curiosos. ¡Están pluriempleados por todo el mundo! Viven en su preciosa islita esmeralda y lavirgendelpilar cómo se han movido, ¿no? Pues allá que fuimos a bebernos unas pintas de Kilkenny (sigo sin saber qué significa Kil-, aunque sigo pensando que es algo así como tierra). Cuando llegamos había como 4 personas en el local, pero empezó a entrar gente y gente. Mucha gende de esa gente con instrumentos, ¡chunchun! ¡Gente con pinta de irlandesa en un pub irlandés y entran con instrumentos! ¡Fiestaaaa celtaaaaaaaaaaaaaaa!
Mientras entraban y entraban el majete de Jose se fue a por unos cosos que parecían ser crepes aunque eran duritos y sabían como a oblea, rellenos de cosas. Uno de fresas y nata. Otro de fresas, plátano, mango… y nata. Y otro de… ¡¡agaaarrrraaaarrrse que vienen curvas!! … ¡¡¡bizcocho de chocolate y chocolate!!! ¿¿Cómo os quedáis, audiencia?? Nosotros muertos. Jajaja. Pero estaban tremendos.
Para cuando JA volvió, un señor con barbas y pinta de cruce entre Papá Nöel, Gandalf y Dumbledore nos había echado de nuestra mesa (que es cierto que era la mesa disntita y por ello la mejor) argumentando que todos los domingos a esas horas iban él y sus coleguis a reunirse alrededor de esa misma mesa a hacer unos ruidos muy ruidosos y que si nos importaba trasladarnos.
Trasladuvímosnos. Y nos comimos las crepobleas allí, porque aquí se hacen esas cosas. Si no te ponen comida en un garito, te vas a otro, lo pides «to go» y te lo comes allá donde quieras, calle, plaza o garito.

el familiar del tipo de la barra, que era irlandés ¡¡¡fiiijooooooo!!

Y dale y dale y dale, y venga y venga y venga, música celta irlandesa, gratis! Al final se juntaron como 10 o 15 de ellos, todos con bastante pinta de por ahí o hijos de por ahí (por ahí es Irlanda, eh). Al final de la barra había un hombre que era igualico que este actor que seguro que os suena a todos, y que, como su cara indica, es irlandés, claro.

Vamos a hacer un pedido de FIMO, que está rebarato. Os enseñaré nuestras cucas miniesculturas según vayan saliendo del horno (literalmente)

¡¡¡¡Vale, ya me callo!!!!  Si es que cómo os ponéis. ¡Una queriendo detallar cosita por cosita lo que hace para compartirlo con sus seres queridos y rechistando! asjiasjiasjiasjiasijsa!
(O bueno, es que huele a comida y tengo hambre… sobras de arroz de ayer y maíz cocido. YumYum. o ÑamÑam en cristiano)

Sin más, me despido… hasta muy pronto, claro. Alucináis pepinillos si pensáis que me voy a callar tan pronto.

Muchos besos, gentes!
Espero que estéis dormitando agusto.
c

Amueblando la vida (con y SIN! Ikea)

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¡Hoy no ha llovido!  ¡Viva!  ¡Hurra! ¡Fiesta!

De hecho ha hecho mayormente sol, sol, sol. Ahora ya es de noche, claro, y ha venido el fresco más fresco, así que estoy con mi manta verde nueva de IKEA por encima, como una abuela y a mucha honra!

Salvation Army rules!

Total, que aprovechando, nos hemos ido a una gran tienda llamada Salvation Army . La

El gatico que saludaba a los bloglectores.

gente dona cosas y las venden allí, así que tenemos un pedazo de sofá buenísimo, que ya costaba sólo 300$, por 240, porque ¡hoy había rebajas!
Y además de eso hemos comprado un vaso gigaaaante de CocaCola que va a hacer veces de florero (porque madre mía, ese vaso es grande hasta para mi hermano el Javier), un gato chino de la buena suerte pa mí, unas copas de cóctel y una de vino, un cenicero y una jarra chulísimos, un plato grande japonés para la tortilla de patata que próximamente (espero) comeremos (aunque ayer me hice un amago de tortilla/fritatta/tortillitadecamarones sincamaronesperoconsetas y brotesdesoja), y unos cuencos japoneses también. Todo precioso, y sumándolo todo, ¡aún no llegamos a los 300 que costaba el sofá en sus días sin rebaja!
Así que esto ya va pareciendo una casa. Una mesita de café, alguna cosa para las paredes y ¡ç’est fini!
Gracias a los dioses en esta gran tienda (aquí másmás cerca tenemos otra parecida, que se llama Goodwill Charity o algo así, que también tiene de toooodo) tenían una lista de porteadores para traer el sofá, porque Jose quería traérnoslo entre los 3 y en fin, a mí, desde mi no-musculosidad, me resultaba imposible totalmente, a no ser que hiciéramos paradas cada dos minutos, noche, y llegáramos al día siguiente. Para que os hagáis una idea, la tienda está a unas 3 o 4 manzanas de aquí, aunque estas manzanas son un tanto más grandes que las estándar de Madrid. Vamos, no es mucho, pero ya me conocéis y sabéis qué gran forma física tengo, jejejeje. Pésima. Inexistente, más bien, diría yo.

¡Nuestro cómodo sofá!

Bueno, que a lo que iba, un señor llamado Mark Anthony (ya van dos en USA que conozco con ese nombre, y luego el Marco detodalavida del cole, claro), nos ha traído en su pick-up truck el sofá, y luego le hemos ayudado a subirlo, por un módico precio. Mucho mejor que hacer noche para 4 manzanas, eh? No es sofá-cama pero es muy cómodo, y Helena ha tenido la gran idea de hacernos con algún colchón y meterlo debajo de nuestras camas. ¡Pero qué lista es!
Ahora acabo de volver de mi paseo de tarde. Ha sido breve, un par de horas, un poco más. Me cogí el 38 que pasa por Geary, que me salió gratis porque la máquina donde uno mismo mete el dinero estaba estropeada, y me bajé en casi-Union Square, la zona por donde estaba el hotel en el que nos quedamos Susana y yo hace un par de años.
¡LaVirgenDelPilar, qué cantidades tan ingentes de gentes! ¡Gentes por doquier! Guiris, Yupis, Homeless, Locales. Todos como hormigas de acá para allá. Cuesta arriba. Cuesta abajo. Con prisa. Despacio. Posando. Esperando que posen. Posando con la puerta de Chinatown, posando con las estatuas chungas de Chinatown, posando, sin más. Y comprando, claro. ¡Comprando mucho! En Macy’s. En Levi’s. En los bazares chinos del ChinatownGrande. Bazares gigantes con dos pisos en donde venden las mismas cosas que aquí al lado, básicamente, pero más caras.
Yo sólo me he comprado -no lo he podido evitar- un dragón chino dibujado en tinta en papel de arroz, un poco más grande que un A3. Precioso! 10$. Buen precio, no? Aquí lo véis. Aunque bueno, también estaba encima del sofá.

¿A que es precioso? ¡Y siempre quise tener uno!

Y poco más. Llegué casi a tocar el agua, pero era tarde para este planeta y volví para cogerme el autobús número 1, que sale de la calle Sacramento, igual de empinada que la famosa calle California. El otro día subimos ésta última en coche, con la compra de muebles y no muebles, y es tremenda. Pues esta otra, igual.

Estoy cansada, tengo frío y mis coleguis están haciendo la cena.
Me despido por hoy. Esperemos que no caigan las trombas de agua intermitentes que caeyeron ayer por la noche. Tromba trombísima 20 segundos. La nada. Tromba de nuevo. Tromba más sonora. La nada de nuevo. Tromba atronadora con granizo golpeando mis ventanas. El silencio. A veces da un poco de miedo. Aun así ni me levanté (no yo ni Helena) a mirar si volvían a aparecer las cataratas del salón.

Unos besos, gentes!
Voy a ayudar con la cena.
c

La ciudad que miraba a las Damas Pintadas.

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Ayer, mi primer día en San Francisco, fui a visitar a las Damas Pintadas. En realidad pretendía llegar hasta la calle Market y andármela entera, hasta llegar al Ferry Buiding, para ver la Bahía, y luego seguir hasta el Pier39, para ver a los leones marinos que habitan y bufan allí, pero me pareció un camino desmesuradamente largo para el cansancio que tenía y el agua que caía en esos momentos, así que tiré a andar, moviendo una pata tras otra (todo después de decidir que era mejor no irme de tiendas el primer día sino darme un paseo por el barrio, la zona, la ciudad, la bay area), hasta que pensé que podía ir a visitar a las casas pintadas. Total que anduve y anduve por la calle Geary, calle harto larga y variada (a ratos con vida, a ratos sin ella) que une el Pacífico con la Bahía y pasa por la miniChinaTown en la que vivimos y casi por la ChinaTown original, allá por donde «viví» la primera vez que vine hasta decidir tirar para el Este e ir a la Alamo Square, hogar de las Damas.

Lo «bueno» de esta plaza es que hay que subir y subir loma arriba por unas cuantas de las aceras más empinadas que he visto por aquí, viendo algunas de las casas máááás chulas y góticovictorianas y ornamentadas ,de la ciudad  para luego ir bajando por una plaza con caminitos (y unos baños en el medio, como no, adornados a su entrada con pares de sandalias muy chic, y  otras más de gente travestida) y llena de jóvenes que salen bajo la lluvia -sin paraguas ni capucha- a pasear a sus educados canes y encontrarse uno con una de las vistas más famosas de la ciudad… las Painted Ladies con toooda el skyline típico de la ciudad de fondo (donde digo ciudad entiéndanse el centro de la ciudad y el centro financiero) y sus rascacielos -como buena ciudad americana-, siendo la Transamerica Pyramid el más famoso de ellos y más llamativo, claro, sobre todo por haber sobrevivido al Gran Incendio y Terremoto de 1906 (esto dicho por un ser que se estudió mal la lección para los televidentes de Callejeros Viajeros de Cuatro -obviamente es mentira podrida).

En fin, que la plaza tiene una vista tremenda, tanto por lo bonito de las casas y del parque y su perrunos, como por lo bonito de la vista (aunque yo, personalmente, sigo quedándome con el parque de Dolores, que es una de las cosas más chulas y maravillosas que he visto nunca, y tengo que ir ya de ya, o volveré a moderme las uñas)

Dejo aquí la foto indecente que hice con el móvil de las señoras coloreadas, porque cayendo la que caía, y teniendo que sujetar mi paraguas, era complicado intentar sacar la cámara y bueno, que no me apetecía, la verdad.

Full House!

Alamo Square, las Painted Ladies y downtown & Financial SF

Y nada, después de la visita, de vuelta a la casa, por otro camino, para conocer la zona.

Gracias a GoogleMaps he podido calcular la longitud de mi viaje: 5.2millas = 8,5km. No está mal para estar de cansancio total de jet lag, no haber dormido mucho y no haber comido, ¿no?

Tras esto, sólo me quedaba cenar a las 6:30pm (que aquí no se dice 18:30, eh) unos macarrones con pimiento amarillo rehogado, y caer muerta encima de la mesa mientras veía el último episodio de la gran serie Fringe (¡porque ya estoy en el área correcta para poder ver episodios de series sin ser ilegal! ¡Wah!)

Y a dormir de 8 (20:00) a casi 11 (11:00) mucho mejor que la primera velada noctura, ¡sin comparación!

Bueno, seguiremos informando.

¡Unos besos, gente!
c