¡Buenas de nuevo, lectores!
Aquí estoy otra vez más para «amenizaros» un rato la vida.
Jajajaja. Jejejeje. Jijijiji.
Éste ha sido un día de tremendo solazo calenturiento.
Hoy me he cortado las uñas. Es la primera vez que lo hago en San Francisco y oye, lo he hecho mejor aún que en Madrid. Y muy rápido. Sé que os interesa este tema, por eso os lo cuento. Al menos a mi Señor Padre debería interesarle, ya que llevaba años y años y años -y años- diciéndome que dejara de mordisquearme las uñas hasta que un día lo conseguí (cruzo los dedoscon uñas, no sea que recaiga).
Blue Trompetero
Dejando de lado ese gran tema que son mis fuentes corporales de quinina (junto con el pelo, que con esta humedad lotengo estupendo y parece que tengo pelo), os cuento que hoy hemos ido de excursión. Aquí mis coleguis compañeros me han llevado a su ex-barrio, a la Misión, The Mission, o como quieran ustedes. Estaba preciosísimo. Hemos visto un callejón lleno de grafittis chulos chulos…
Cierto es que he recorrido también las calles que recorrí la otra vez con Susana, e hija mía, es que cogimos las peores, claro que eran las que eran, porque si el Muni te deja ahí, pues te deja ahí. El caso es que la plaza esa y el primer trozo de la 16th son las zonas con más homelesses de todo el barrio, o algo. Una pena. Cuando vengas, Susanita, vamos de nuevo y verás qué chulísimo es, eh! 😀
El caso es que me han llevado a comer a un restaurante de cocina Salvadoreña y Colombiana. La señora encargada camarera y supongo que dueña era toda una madraza. Majísima es la señora. Hemos comido pupusas y tamales con frijoles y arroz. Yo no tomé pupusas, porque me resultaba demasiado. Las pupusas, para el que no lo sepa, que debíamos ser todos hasta hace poco, son como unas tortillitas de harina de maíz que están rellenas de cosas varias: queso, queso con flores (de calabaza o algo parecido, tenían un nombre raro), espinacas y cosas, cosas y otras cosas, cosas y más cosas. Y luego Jose y una servidora nos hemos metido entre pecho y espalda un tamal colombiano, que es de pollo y cerdo y lleva también guisantes, patata y zanahoria. Llena no sabéis cuánto. Tremendo. Pero estaba buenísimo y los frijoles con arroz también, cómo no. Hm….
Flower Power
Gozilla
El tercer ojo.
Luego hemos procedido a comprar en una Thrift Store de la calle Valencia unos corchos y una pizarra veleda por $4. Asombroso, porque llevábamos tiempo buscando estas cosas y estos dos pobres periodistas compraron una mini-veleda por como $12 hace un par de días.
Las tiendas estas de cosas usadas son lo más, de verdad, no sé cómo no tenemos de estas cosas en España, porque son realmente útiles para todos. Eso sí, huele a polvo que da gusto y me pica todo durante un rato, pero tienen de todo de todo: libros, cómics, agendas, cuadernos, libretas, álbumes, muebles de todo tipo, vajillas, cuberterías y cristalería varia, zapatos, ropa, bolsos, pósters, electrodomésticos, teles, dvds, decodificadores de TDT (¡de hecho nos hemos hecho con uno de estos! A ver si funciona.) … en fin, millones de cosas. Ya estamos abonados a ellas, jiji. La verdad es que el sofá este está resultando ser una gran gran compra, os lo digo con el culo en él mismo. Desde que quité mi mesa y la llevé a mi habitación, cuando estoy en el salón siempre estoy sentada aquí, como ahora (¿os suena, familia?)
Y bueno, luego estos chicos se volvieron a casa a trabajar y yo me quedé a dar una vuelta. Me paseé un poco más por Valencia y subí por la 16th a la calle Mission -el camino chungo que os decía antes. En una tienda mexicana de Mission que era el equivalente a las tiendas gigantes chinas de alimentación del barrio compré harina de maíz y frijoles para experimentar en casa y anduve sobre mis pasos para dirigirme al parque de Dolores.
Dolores Park, up up and away!
¡Vaya cuestas!
Exclamación ridícula viviendo en esta ciudad, vale. Aunque cierto es que este barrio, el nuestro, Inner Richmond, es bastante llano. Se agradece y todo, aunque para mis piernas y forma física general más me valía haber vivido en lo alto de los Twin Peaks. Ejem.
…. estaba diciendo yo…. Ah, eso, que me subí a lo alto del parque de la Dolores, a ver las fantásticas vistas que hay de las que me quedé prendadísima en la primera visita de 2008. Waaaaahhh…. Lo que mola ver las casitas preciosas franciscanas, un montón de arbolones y de fondo el centro y el centro financiero, el Bay Bridge y un poquito de agua.
Hoy como hacía un solazo tremendón, estaba la calle llenita de gente, y el parque ya ni os cuento. Todos al sol, con sus perros, sus picnics, sus cosas, en camiseta y bermudas y chanclas, o sin camiseta pero con bermudas y sin chanclas. Si en Madrí sale un rayo y se ponen así, aquí son más raudos aún. De hecho cuando llueve y hace frío hay algunos locos que van así. Será que 11º (centrípetos) y lluvia y viento soplado muy de cerca por el mismo Eolo que dibujó preciosamente mi Sr.Padre es mucho calor para ellos. ¡Raaaaaaarooooooosss!
Y luego seguí cuestabajo hacia el Castro, el barrio gay por excelencia. Todo coloreado con los banderines arcoiris de las farolas y el banderón en el cruce de Castro con Market y otra calle más que no recuerdo cuál es y no voy a mirarlo. Hoy de por sí ya habría sido colorido. Estaba preciosísimo. En el famoso Teatro Castro ayer actuó la fenomenal Britney Spears… ¡y no fui!, ¡bah! Jejejeje. Helena y JA fueron la semana pasada a una cosa allí y dicen que es preciosísimo por dentro. A ver si consigo verlo. Siempre puedo meterme a la sesión del Wizard of Oz Sing-Along. La otra vez era de La Sirenita. Veo que innovan. Ejem.
Me subí al autobús allí cerquita y me vine a casa, porque hacía una calor tremebunda y yo iba con mi parka que ya no sabía qué hacer con ella (sin poner, claro), la chaqueta puesta (diosmíoquécalor), la bolsa de la compra… y veía la cuesta que tenía que subirme mirándome con cara satánica. Me dio miedo morir por el camino de varias cosas relacionadas con mi cuerpo, mi sed del momento y las cosas ambientales.
Llegué a casa, me cambié y me fui al chino gigantesco a comprar fruta (un melón cantaloupe y unas naranjas de aquí) y al Walgreens a por chocolate (y de paso un helado de Ben&Jerry’s que se llama American Dream y tiene chocolate, nosequé y trozos de gofre). Volví a casa y me puse con esto.
….. peeeerro… el gofre del helado me ha recordado que ayer fuimos a un irlandés que hay aquí cerca.
Los irlandeses son seres curiosos. ¡Están pluriempleados por todo el mundo! Viven en su preciosa islita esmeralda y lavirgendelpilar cómo se han movido, ¿no? Pues allá que fuimos a bebernos unas pintas de Kilkenny (sigo sin saber qué significa Kil-, aunque sigo pensando que es algo así como tierra). Cuando llegamos había como 4 personas en el local, pero empezó a entrar gente y gente. Mucha gende de esa gente con instrumentos, ¡chunchun! ¡Gente con pinta de irlandesa en un pub irlandés y entran con instrumentos! ¡Fiestaaaa celtaaaaaaaaaaaaaaa!
Mientras entraban y entraban el majete de Jose se fue a por unos cosos que parecían ser crepes aunque eran duritos y sabían como a oblea, rellenos de cosas. Uno de fresas y nata. Otro de fresas, plátano, mango… y nata. Y otro de… ¡¡agaaarrrraaaarrrse que vienen curvas!! … ¡¡¡bizcocho de chocolate y chocolate!!! ¿¿Cómo os quedáis, audiencia?? Nosotros muertos. Jajaja. Pero estaban tremendos.
Para cuando JA volvió, un señor con barbas y pinta de cruce entre Papá Nöel, Gandalf y Dumbledore nos había echado de nuestra mesa (que es cierto que era la mesa disntita y por ello la mejor) argumentando que todos los domingos a esas horas iban él y sus coleguis a reunirse alrededor de esa misma mesa a hacer unos ruidos muy ruidosos y que si nos importaba trasladarnos.
Trasladuvímosnos. Y nos comimos las crepobleas allí, porque aquí se hacen esas cosas. Si no te ponen comida en un garito, te vas a otro, lo pides «to go» y te lo comes allá donde quieras, calle, plaza o garito.
el familiar del tipo de la barra, que era irlandés ¡¡¡fiiijooooooo!!
Y dale y dale y dale, y venga y venga y venga, música celta irlandesa, gratis! Al final se juntaron como 10 o 15 de ellos, todos con bastante pinta de por ahí o hijos de por ahí (por ahí es Irlanda, eh). Al final de la barra había un hombre que era igualico que este actor que seguro que os suena a todos, y que, como su cara indica, es irlandés, claro.
Vamos a hacer un pedido de FIMO, que está rebarato. Os enseñaré nuestras cucas miniesculturas según vayan saliendo del horno (literalmente)
¡¡¡¡Vale, ya me callo!!!! Si es que cómo os ponéis. ¡Una queriendo detallar cosita por cosita lo que hace para compartirlo con sus seres queridos y rechistando! asjiasjiasjiasjiasijsa!
(O bueno, es que huele a comida y tengo hambre… sobras de arroz de ayer y maíz cocido. YumYum. o ÑamÑam en cristiano)
Sin más, me despido… hasta muy pronto, claro. Alucináis pepinillos si pensáis que me voy a callar tan pronto.
Muchos besos, gentes!
Espero que estéis dormitando agusto.
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